El Belén de Chocolate de Rute es mucho más que una sencilla exposición navideña; es una obra maestra artesanal que cada año atrae a miles de visitantes. Ubicado en este pintoresco pueblo de la provincia de Córdoba, este belén ha ganado fama internacional por ser el más grande del mundo, combinando a la perfección tradición, creatividad y, por supuesto, la dulzura del chocolate. Cada Navidad, el belén renueva su temática, ofreciendo una nueva experiencia a quienes se acercan a disfrutar de este singular espectáculo.
El origen del Belén de Chocolate está directamente vinculado a la familia Garrido, una familia que ha cultivado la tradición repostera en Rute durante generaciones. Fue Loreto Garrido quien, en el siglo XX, comenzó a consolidar la fama del obrador familiar, conocido por sus famosos piononos y hojaldres. Junto a su esposa Dolores, sentaron las bases de un negocio que ha perdurado hasta el día de hoy.
El Belén de Chocolate nació hace más de 25 años como una iniciativa de la familia para celebrar la Navidad de una manera única. Desde entonces, cada año se ha convertido en una obra renovada que sorprende tanto por su tamaño como por el nivel de detalle de las figuras, que se esculpen a mano con chocolate de alta calidad.
La creación del Belén de Chocolate es un proceso que exige meses de trabajo. Un equipo de siete maestros pasteleros trabaja durante cerca de cuatro meses para dar forma a esta impresionante instalación. Con un total de 1.500 kilogramos de chocolate, cada uno de ellos se encarga de modelar las figuras, crear los paisajes y dar vida a las escenas del nacimiento de Jesucristo, todo con un nivel de detalle asombroso.
Este esfuerzo colectivo no solo se centra en la cantidad de chocolate utilizado, sino también en la precisión con la que se elaboran las figuras y escenas. Desde los pastores hasta los animales, pasando por los edificios, todo está pensado y trabajado con sumo cuidado. Además, cada año se cambia la temática, lo que asegura que la experiencia siempre sea nueva para los visitantes.
En la campaña navideña de 2025-2026, el Belén de Chocolate se inspirará en cuentos clásicos y modernos, ofreciendo una nueva mirada a las historias más queridas de todos los tiempos. Las figuras de chocolate cobrarán vida a partir de relatos que tanto niños como adultos reconocen, creando un espacio donde la fantasía y la Navidad se encuentran en cada rincón. Este enfoque asegura que, independientemente de la edad de los visitantes, todos encuentren algo que los cautive y los conecte con sus recuerdos de infancia.
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El recorrido es cómodo, adaptado y pensado para que pequeños y mayores disfruten por igual. Los niños se maravillan con las figuras; los adultos, con el trabajo artesanal. Y todos con el chocolate, claro.
El Belén de Chocolate es solo una de las muchas razones para visitar Rute durante la Navidad. La localidad es famosa por su tradición repostera, que se refleja en la variedad de dulces artesanales que se producen en la región. Entre los más destacados se encuentran los turrones (especialmente el de Jijona y el de Alicante), los mantecados, los alfajores y los polvorones. Estos productos son elaborados con recetas tradicionales que se han perfeccionado a lo largo de los años, y pueden adquirirse en las tiendas locales o directamente en los obradores.
Uno de los referentes en la producción de dulces de la zona es Galleros Artesanos, el obrador que da vida al Belén de Chocolate. Aquí, los visitantes no solo pueden llevarse un trozo de la tradición local, sino también disfrutar de otros productos típicos de la región que harán las delicias de quienes los prueben.
Rute es un lugar donde la tradición no solo se vive a través de los dulces, sino también de sus museos y espacios culturales. El Museo del Azúcar es un homenaje a la historia de la repostería local, donde los visitantes pueden aprender sobre el proceso de fabricación de algunos de los dulces más emblemáticos de la zona. También se pueden visitar el Museo del Anís y el Museo del Jamón, dos espacios dedicados a otros productos autóctonos de la región que forman parte fundamental de su cultura gastronómica.
Estos museos, junto con el Belén de Chocolate, convierten a Rute en un destino completo para aquellos que buscan disfrutar de la Navidad de una manera única, combinando la magia de la tradición con la delicias gastronómicas de la región.
El Belén de Chocolate no solo tiene un gran impacto cultural, sino que también ha convertido a Rute en una de las capitales navideñas de Andalucía. Cada año, miles de turistas visitan el pueblo para disfrutar de esta original exposición y de la rica tradición repostera local, lo que impulsa la economía de la región y refuerza el turismo de la zona. Además, la conservación de las técnicas artesanales de generaciones anteriores asegura que esta tradición se mantenga viva, adaptándose con el paso del tiempo sin perder su esencia.
En definitiva, visitar el Belén de Chocolate de Rute no es solo una experiencia visual, sino también un viaje al corazón de la tradición navideña, donde el arte y la gastronomía se fusionan para ofrecer una de las celebraciones más dulces de España.
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